martes, 18 de agosto de 2009

¡Platón, a su cueva!

2

Acababa de colgar molestó ante la infantil reacción de su novia. Estaba resuelto a no volver a llamarla nunca más. Pero ya lo había despertado desgraciadamente. Como a una mujer se le puede atravesar la idea de llamar a alguien a las 3 a.m. sólo para iniciar una irrelevante trifulca sentimental. Ya no conseguía dormir. Todo gracias a ella, y eso aumentaba el odio y el profundo repudio a ese amor. Mañana terminaba con ella sí o sí. No aguantaba más la situación. Contó desde ovejas hasta imaginarse un idílico paisaje, nada, todo se iba a lo oscuro del lugar. Comenzó a admirar lo oscuro de la habitación, casi como si esa ausencia de color fuera la más completa obra artística. Se encontró varios minutos en ello, mirando a la nada, tratando de verlo todo. Y estando en eso fue que pasó. Le dieron unas tremendas ganas de orinar. Así que sin tener ningún obstáculo en frente se bajo de la cama y se dispuso a caminar en medio de esa negrura. Apenas distinguía algo cuando se encontró con la puerta del baño. Usando todas sus habilidades táctiles logró encender el interruptor y de inmediato unos tremendos focos hacían estremecer y destruir cualquier vestigio de oscuridad. Tan potente fue el golpe que tuvo unos segundos completamente ciego, pensó en lo peor. Todo ahora se volvía ferozmente blanco y eso sus pupilas no lo podían asimilar, hasta que le ardían. Gritó fuertemente hasta que lentamente casi en un renacer, iniciaba a notar figuras. Muy lentamente, a ver colores, limites, "finitud".

Lo primero que observó fue a un sujeto mirándolo incisivamente con una cara bastante fatigada y desaliñada. Sin decir nada el tipo se bajó los pantalones y comenzó a orinarlo, se rascó el trasero mientras lo miraba, fijamente. Eso fue necesario para entender que estaba haciendo. Su reflejo, algo tan básico como su reflejo en el baño le hizo ver quién era. Ya casi se imaginaba a su novia riéndose de él atrás. Era un pobre ingenuo que se aguantaba cada contrariedad dada por la mujer. Se había dejado, y ahí frente a sí mismo vio, por fin, los resultados. Ahora sí que estaba decidido. Subiéndose los pantalones y tirando la cadena fue a buscar de inmediato su teléfono. Te dije que me ibas a llamar… Sí, pero no te llamo para pedirte perdón, sino para decirte que quiero terminar contigo… Qué… Ya me oíste, esto se acabó. Creíste que iba a soportarte así para siempre. Y es definitivo, lo siento… Pero tú no puedes hacer, tu no eras así… Me hiciste despertar y aquí me tienes, en un nuevo hombre, lucido de lo estúpido que fue en el pasado al estar con alguien como tú… (Se comenzaba a escuchar unos sollozos femeninos) Lo siento, eso es todo lo que tengo para decirte, adiós y ojala que te des cuenta todo lo que hacía por ti alguna vez… Y con eso cortó la llamada en seco. ¡Amor llamando! ¡Amor llamando! Modo: Normal… Silencio, silencio absoluto hubo después olvidando su celular en ese fondo oscuro que volvía a ser omnipresente en todo el hogar. Con una grata sensación de satisfacción se acostó. Agradeciéndole a esa inmensa negrura que lo había sojuzgado tanto para luego la luz golpearle de frentón y ver por primera vez. Durmió…

Al día siguiente amaneció un tanto melancólico, sabía muy bien que iba a ser muy difícil afrontar la soledad, más en un tipo como él. Le daba curiosidad su estado, estará llorando, habrá dormido algo, de seguro que habrá quemado todos mis regalos. Cuando de pronto suena el tono de su celular ¿Qué no lo había puesto en silencio?... Como amaneciste ingrato que no me llamaste nunca, aún estoy esperando tus disculpas amor… Extrañadísimo no supo que decir, habrá sufrido de amnesia por lo duro que fue, pensó de inmediato altaneramente Pero responde algo, no te quedes ahí callado como siempre, que tenga que andar yo siempre dando la cara por esta relación. Mira yo estoy dispuesta a perdonarte siempre y cuando me tengas el compromiso de que no lo harás nuevamente. Si tu sabes que yo te amo, a pesar de tus defectos obvio y que estaré siempre aquí para poder enfrentar esas fallas… Aún no sabía que decir solo tartamudeaba.

Se calmó y preguntó:

– ¿Acaso no te acuerdas de lo que te dije ayer? –

-Mira yo sé muy bien que pasó, te equivocaste y no quieres asumir hasta ahora tu error- Y frente a dicha respuesta buscó a la par, desenfrenadamente, las llamadas realizadas: Cero.

No lo podía creer. Bajo la presión de la mujer solo se atrevió a decir luego de unos minutos:

–Perdón mi cielito-

Las ilusiones a la basura, nuevamente amarrado. Embaucado por lo mágico del momento. Así que se dirigió al baño pero esta vez sin luz, no le acertó al inodoro y se golpeo el pie con el mueble. Pero al menos, con ello, siguió con la fiel convicción de ser esa su realidad.

2 Confutación(es):

Lo mejor, es que te imaginito a ti como protagonista de todo :D

Keep writing

Jajajaja Curioso porque fue como todo lo contrario...

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