sábado, 8 de enero de 2011

Buen gusto

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Los extrañaba, tiempo que no los veía. El flaco seguía siendo igual de flaco pero ahora más alto lo que  hacía resaltar su flaqueza y Martínez ya tenía barba, te lo juro, ni yo lo podía creer. Sus correspondientes preguntas sobre el tiempo, la ausencia, sobre el olvido, nuestros olvidos, de metas y utopías, en fin, de nada importante. Se consumía el quinto cigarro cuando se me acerca el Ramirez para preguntarme por mi futura novia. Me daba un poco de lástima que me lo preguntara él, me había enterado hace unas semanas que su pareja lo había dejado con todas sus pilchas en la calle por patas negras, bueno él se la busco no más. (Risa) Bueno todavía no la encuentro, ojalá que aparezca pronto. Se sorprendió. ¿Hey pero cómo aún no? Bueno más te vale que la espera te valga la pena, quizás te estés guardando para una lindura, no como todas las otras que nos has mostrado. (Risa de incomodidad)  Ramirez que te crees si tú eres él que tiene pésimo gusto en mujeres, no yo. Destroce su orgullo en público, no se iba a rendir conmigo así. Nos miró. ¡Idiota! La... ¿Eloisa se llamaba? Sí, Eloisa, esa tenía la nariz más chueca, no me vengas a negarlo ahora po compadre. (Risa para el público pero enfadado por dentro). Me miró con esos ojos celestes, los más lindos y asesinos que he visto, en ninguna otra mujer había sido apresado por esa mirada. Ramirez se dio vuelta a molestar al flaco, maldito borracho no llevábamos ni medio litro de cerveza. Continuando con esa furtiva mirada, movió esos labios precisos pronunciando las  palabras " Tú si tienes buen gusto". Me petrifique. Valentina se me acercaba con sus ojos ardientes que me quemaban nuevamente mi corazón como antaño. Ahí volvía toda esa polvareda de emociones encontradas. A veces con tan sola una mirada basta. Maldita, estaba volviendo al vicio, el vicio de su belleza. Sus ojos me parecían decir muchas cosas que quizás yo solamente las quería oir. Nadie lo sabia en el comedor, nadie sabia mi frustrado intento de hacerme con la Vale, ella me rechazó a pesar de que le entregue mi corazón de madera y todo. Bruja. Se aprovechaba de que nadie más sabia de mi penosa declaración de amor sin resultado y frente a todo el mundo me tiraba la indirecta, el mensaje en clave que sólo yo iba a entender. "Tú si tienes buen gusto". ¿¡Ella era su prueba de mi buen gusto!? Maldigo el día en que me enamoré de ella. La extrañaba, tiempo que no sentía que tenía esperanzas. Iluso, el mismo ciclo de siempre. Y bla bla bla.

1 Confutación(es):

"Iluso, el mismo ciclo de siempre".

Me quedo con eso.

Saludos.

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