domingo, 2 de mayo de 2010

Los sueños son vida

0

-Bienvenidos damos y caballeras, bienvenidos al gran circo de los sueños, bienvenidos al verdadero ¡Despertar! 
Así es, solamente debéis cerrar los ojos bien fuerte y comenzar a pensar. Sí, nada más que pensar. Pensar en sus vidas, vidas que se convierten en un montón de porquería, en un montón de oscuridad y destellos fugaces. Mantenganlos cerrados bien fuerte y lentamente verán ciertas luces por diferentes lugares, traten de alcanzarlas, traten de imaginarlas, traten de soñar... Lentamente continúen en ello y... ¡Paf! ¡Abran los ojos rápidamente! Se darán cuenta que volvieron al mismo lugar en donde iniciaron su recorrido increíblemente, o al menos en apariencia. Muchas gracias por la función, espero que hayan disfrutado el espectáculo; las propinas las dejan en el tarrito dispuesto para ello, muchas gracias, han sido un público excelente- 
En medio de abucheos y de escupos, un niño se le acercó. Lo observó y cerró sus ojos. -Señor, dígame por qué no puedo quedarme en este mundo- A lo que el misterioso sujeto le dijo efusivamente -Amiguito, hoy has despertado, hoy te habrás dado cuenta que al igual que cuando dormimos y despertamos en el mismo lugar de antes, al igual que cuando cierras y abres los ojos, cuando simplemente te liberas de todas esas tontas ataduras de "lógica" te das cuenta que ninguna de ellas son verdaderamente verdaderas, amiguito, la vida es sueño decía un amigo hace algunos años, y si que lo es. Sueño es la vida y la muerte... la muerte justamente es dejar de soñar, despertar de una vez y para siempre. Sin embargo, nosotros seguimos soñando, seguimos aquí cerrando y abriendo los ojos, con un pie en la tierra y otro en cualquier otra parte menos la tierra, amigo, si en este sueño dudas de que es lo real... Qué nos depara al dudar en nuestros propios y más profundos sueños- El niño cautivado por lo dicho comenzó a cerrar los ojos fuertemente y abrir los otros, los ojos de la imaginación, del soñar, del despertar. Dejó de comer, de caminar, de respirar, hasta que expiró felizmente feliz. Cerró los ojos para siempre, pero dejó abierta la puerta para nunca más regresar. Entró al mundo irrealmente real, tan brutalmente ilógico que ya no parecía necesaria la lógica. Dio ese paso innecesario y a la vez tan crucial, que transformó todo en lo innecesario. Al despertar se encontró en una casa, una casa de enormes arboles y arañas, de personajes místicos y enormes gigantes, de bellas mujeres idealizadas, de criaturas salvajes que hablan y de jefes demoníacos pero de vez en cuando vienen y desaparecen ciertas personas. Caen y vuelven a caer, pero nunca se quedan a tomar el té, nunca se quedan a saludar, sólo observan aquello que siempre han dudado ser verdad, con ojos incrédulos casi riéndose bajo la aparente seguridad que les da su "realidad". En cambio él, él vivía contento; más que contento, en paz; ya que por fin había acabado la paradoja de lo real y de la mal llamada docta ignorancia. Esperando que tú también despiertes te escribió en este papel, papel de letras y espacios vacíos. Papel del que nunca sera, siempre fue y a la vez pareciera ser, algo llamado papel. 
-Yo sólo quería saber si la lechuza que imaginé me la puede regalar usted- 
Abrumado, el maniático bajo los hombros y le dijo mohinamente: No muchacho, no creo que pueda hacer tal cosa. ¿Y por qué no señor, no eran de verdad?... Lo observo durante unos instantes, ese rostro ingenuo, esa infantil alma que sólo pretendía hacer algo con su vida, para no aburrirse, para decir al final "no fue en vano". No, o sea sí, es demasiado complicado para que lo entendieras. A lo que con el gran enigma expuesto, la curiosidad del niño comenzó a ser irritante. Dígame señor, yo lo escucho atentamente, dígame, quiero saber, por favor. Lo repitió tantas veces que el sujeto ya molesto le gritó ferozmente: ¡Niño, los sueños, sueños son! El niño salió corriendo por la plaza y se esfumó entre los arboles. Él agarró la vieja botella de licor, brindó por los sueños y se emborrachó hasta el alba llorando y lamentandose por aquellas tristes personas que aún se peñiscan para creer determinar que es lo real y que es sólo ilusión barata. Se quedó dormido balbuceando y gritando contra los mil demonios cuando llegó  a sentir una angustia tremenda, llegó a despertar. ¡Paf! ¡Abran los ojos rápidamente! Y se darán cuenta que volvieron al mismo lugar en donde iniciaron su recorrido increíblemente, al menos en apariencia. Muchas gracias por la función, espero que hayan disfrutado el espectáculo, las propinas las dejan en el tarrito dispuesto para ello, Muchas gracias han sido un público excelente- Decía un charlatán en la plaza de la Esperanza. 

0 Confutación(es):

Publicar un comentario