II
Es demasiado tarde, a veces es mejor no preguntarse ciertas cosas ya que cuando comienzas a maquinar una serie de suposiciones, cuando comienzas a combatir tu subconsciente pasivo y enormemente lineal, cuando rompes esa ansiada lógica falsa y empiezas a plantear hipótesis, a cabalgar por el viento de tu consciencia rompiendo cualquier lógica antes aceptada, ahí acaba todo. En ese instante, es el preciso momento de tomar tu mochila de recuerdos y huir lo más rápido que puedas porque sabes que es lo único que te queda. Sabes que abrirás los ojos y todo volverá a ser igual, no obstante, siempre después de despertar intentaras recordar que soñaste. Siento que se ha borrado ese anhelo. Siento que me han borrado tal anhelo, que todo este cuarto es una mentira de la cual yo nunca fui cómplice hasta hoy. Es verdad que hubo contrato tácito entre mi mismo y yo mismo. En el cuál luego de que la duda se apoderara, cuando los cuestionamientos y los cabos sueltos e ilógicos se desparraman por todo este espacio cuadrado ya no hay vuelta atrás. Todo se retuerce como una onda, en un vaivén vesánico del cual solo puedes llegar hasta la el final para acabarlo. No, más que acabarlo, para entenderlo. Existen elementos de esta realidad que no pueden ser reales, todo lo veo por una pantalla, todo lo veo pero jamás lo he sentido, jamás surgió en mi conocer lo que me mostraron. Jamás lo sentí como este dolor punzante que tengo ahora por toda mi sangre. Hay algo escondido, detrás de un mundo práctico y muy cómodo. No existen necesidades porque ya todo está solucionado. Tengo hambre y llega un paquete, tengo ganas de comunicarme con alguien y me habla un amigo, pero tengo ganas de amar y existe un silencio entre ella y yo. Este dolor tan agrio, es sin duda lo necesario. No digo que este mundo necesite sufrimiento, pero si necesita esfuerzo, sudor y lágrimas, porque no se puede saborear lo dulce, sin antes probar lo amargo. Hemos perdido la sensibilidad en un mundo de teclados y realidades planas generadas por otros supuestamente también reales, pero lo triste es que nos conformamos con asumir que lo son, cuando ni siquiera tenemos la más mínima prueba de lo que es real y lo que no es real. Una vez que dudamos de esto lo único que nos queda es huir del pasado, rebelarnos a nuestro presente y encontrar a nuestro futuro. Quizás para caer en otro vacío igual de dudoso que el anterior dirás, pero sin duda que ese vacío será distinto, porque será el que yo defino, el que yo haya creado. Debo encontrar a Sofía. Mi Sofía.
Extracto de una novela que ando escribiendo.