Últimamente me esta sucediendo que cada diez paginas que leo, entro en un estado de somnolencia tal que llego a soñar. Al principio lo encontraba muy poco práctico, de hecho no lo es en absoluto, (no creo que me sirva para la respectiva prueba del libro) sin embargo, luego le fui agarrando el gusto. Ya que no soñaba cualquier cosa, no señor, sino que entraba en la vorágine de la historia, me encarnaba en los personajes, sufría con ellos, los asesinaba y los amaba, los burlaba con prostitutas, los desafiaba a duelos, me sentía parte de la ficticia narración.
Comencé a odiar la aburrida realidad, prefería quedarme con mis Quijotes y Siddhartas intentando conocer el sentido o el saber máximo de lo existente, asustarme con los personajes de Poe y maravillarme con las extraordinariamente comunes elementos de García Marquez o Vargas Llosa. Enredarme en Horacio tratando de encontrar a mi Traveler y sumergirme en lo más hondo de la sórdida escuela de los perros. Pero no, ya tenía que venir alguien a sacarme del onírico mundo, a recordarme que debo leer no dormir.
Hemos desvalorizado tanto el soñar, el descansar, todo debe ser productivo y el sueño sin duda que lo es, pero ya nadie lo nota. Es la capacidad de soñar, de desconectarse un rato de esa maquina supra real, lo que nos mueve. Caminamos porque estábamos quietos. Sino cómo, quien distingue el sueño de lo real cuando no existe el dormir. Atiborrado de estos pensamientos un tanto absurdos arme mis valijas, me afeite de la mejor manera y me vestí con el mejor traje de tela de mi armario para emprender el gran viaje de mi vida. Quería perderme y a la vez encontrarme, no allá donde todo es causa y efecto, lógica común, moral inhibidora, una mala vida con un manual de acción. Así llegué aquí mi querido amigo. Me dormí para nunca despertar.
Creo que todo anda mucho mejor por aquí. A excepción de que a veces cuando me encuentro en una escaramuza o en una épica acción novelesca aparece de la nada un sujeto triste y extraño a la realidad. Es bastante cínico encuentro, ya que trata de ser amigo de nosotros continuamente pero de la nada desaparece, juega con las mujeres de por aquí, abusa de nuestra hospitalidad y ha ganado varias batallas obteniendo gran fama, pero aún así desiste en quedarse.
Me pregunto a dónde irá cuando se esfuma por arte de magia...
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