domingo, 29 de julio de 2012

“Today, too, I experienced something i hope to understand in a few days”

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No se si sea bueno o malo tener esa esperanza del entendimiento, es más bien como "saludable" o "útil" si lo quieres de ese modo como a lo Pascal. Es como Dios, estar despierto, vivir, etc. Y realmente es angustiante, nauseabundo, fatalista, o como quiera un filosofo llamarle a esa sensación que se te genera al develar el fin mezquino que hay detrás de esa esperanza. Es mejor creer en Dios que no creer en el, es mejor creer que estoy despierto que creer que estoy soñando, es mejor vivir creyendo estar vivo que andar muerto en vida, no sé, en el caso de que no existiese, de que fuese un sueño, de que si muerto estuvieras, no perderías nada, es más "sano" dicen, te felicitan y te dan una estrellita por pensar así... pero cuando lo decimos, al decirlo con esas palabras, me resulta casi que enfermante. Mejor creer que hay un otro con el que me puedo comunicar que no creerlo ¿por qué? "bueno porque no creer en ello es más angustiante aún"... ¿Pero realmente habrá una diferencia entre el revelado placebo y la aparente nada? La primera, cuando se manifiesta como tal, no arregla en nada a la segunda, sólo es un ornamento, una mentira piadosa, irónicamente, una mentira "entendible" pero que se torna en un sabor amargo, en un saberse estúpido, en un necesitado de algo, en un utópico inclusive. El cortometraje me deja esa sensación al menos, de un completo no entender el por qué, qué cresta intentaba decirse, qué simbolizaba cada imagen, cada secuencia. ¿Acaso simplemente era una parodia a un programa del National Geographic que en vez de estudiar a los animales salvajes, en sus hábitats naturales cazando sus presas en Slow Motion, en este se estudiaba al hombre, al hombre perfecto arreglando su corbata o quizás no? Y la duda punzante. Hasta el final claro... cuando se repite la frase en un eterno circulo. No obstante, paradójicamente, lo que llega a entender uno del cortometraje, al igual que el personaje con su vida, es la esperanza de alguna vez entenderlo... lo que entendemos por humano perfecto no es más que ese deseo por entenderse a sí mismo y toda esa vaina ontico-ontológica pero que no dice nada del hombre, sólo resulta ser un trabalenguas de los profesionales de la filosofía: el espectador cree haber entendido el mensaje de que el hombre espera entender alguna vez en su intenta de especializarse aun más. Llega a ser autoritario si se quiere, se zanja por "entendimiento" el que todos esperamos "entendernos" luego de unos días, pero basta preguntarnos por qué eso, salirse de lo obvio, como para parecernos un placebo ese ojalá entendernos. Incluso el "ojalá haya respuesta" no es una respuesta, es más bien una necesidad auto impuesta, un deseo oculto -que como todo buen deseo, remite a  una carencia. Quizás esa es la angustia, el que a pesar de que el director al repetir la frase al final, dándole con ello un sentido al cortometraje, de igual forma se nos manifiesta como una aparente lógica que no proviene sino de nosotros mismos, lo que tiene evidente sentido ahora se nos manifiesta como un "se me hace sentido a mi". Anda a saber uno que quiso decirnos… la idea de que el creador, el artista, el cineasta, el escritor, yo mismo, Dios y tantos otros personajes que se situan de un modo aparentemente real ahí detrás de algo, quieriendo decir algo que podemos "recibir" o "entender", es una quimera. Si de algo se fundamenta todo es que no nos podemos dar a entender, no podemos nunca atravesar ni claramente fisica ni simbólicamnete la barrera de la alteridad a tal grado que ni siquiera podemos establecer con certeza tal distinción entre ese yo y tú... y volvemos al solipsismo. ¡No! Por favor no, nos decimos a nosotros mismos, nos da pavor ese cuestionar de raiz, lo encontramos inservible ¡Pues como no lo va a ser si es la contraposición radical a cualquier mera ocupación de la vida cotidiana! ¡Y quiera la verdad revelar el gran daño que le hace Husserl y toda la tradición posterior al llamarle por natural a esa actitud cotidiana! Se presta a confusiones tal concepto al asumir que es intrínsico del hombre el vivir atemáticamente, como si pudiéramos distinguir lo natural en el hombre. Pero mejor no detenernos ahí, creamos por necesario y natural ello, hablemos de lo obvio, total, es lo obvio. Situemos la derrota ante la duda del solipsismo como lo propio del hombre en vez de enfrentarla. Mejor conformémonos con lo que hay, una ilusión de la cual podemos seguir ilusionándonos, una viñeta cerrada en la que podemos seguir apareciendo, una jaula de hierro si se quiere que nos limita pero que nos protege de la duda, una sensación de algo diferente a mi que me hace sentirlo, pensemos mejor que si existe un otro que puedo entender. ¿Por qué terminar por el placebo, la esperanza, el calmante? Supongo porque me permite "acabar" este mamotreto de reflexiones vagas y "dormir"... Después de todo, como ya he dicho en otras ocasiones, pensamos para no pensar más.