Dedicado a mi leal confutar,
que ya van cien guerras ganadas en él.
Dejó estacionado su auto frente al jardín, cada vez que lo veía le parecía que las flores lo saludaban con sus pétalos proyectando un increíble brillo primaveral independiente de la estación en la que se encontrara (tampoco era de esos que se acordaba si estaba en invierno o en verano, sólo flotaba mirando las hojas caer y florecer como la mayoría lo hace en su inconsciente). Abrió la puerta del coche y con cuidado de no pisar un charco de lodo que se encontraba justo al lado de la puerta se bajó del auto, caminó unos pasos admirando los maravillosos cardenales que se agitaban con la brisa de la noche hasta que llegó a la gran puerta de madera luego de cruzar tres escalones. Sacó su reloj, era la hora precisa para tocar el timbre. ¡Pero qué sorpresa! Sabía que vendría algún día Miguel, pase, pase, adelante. Muy amable señora… Amalia, Miguel, Amalia, si no es tan difícil hombre y lanzando una carcajada se fue a la cocina raudamente a ver que exquisitez hacer para su visita. Miguel la acompaño dejando su abrigo en el perchero. Sabes, tengo castigada a la Sabina, la cabra chicha se ha portado súper mal y hoy quería salir por quinta vez en la semana así que le dije que no, que ya estaba bueno ya, que se iba a quedar toda la noche encerrada en su cuarto, que no podía estar saliendo todas las noches así como así, créame que ella no es así siempre, yo creo que desde que se separaron que anda media rara vera, ya era hora de que viniera a visitarnos, está arriba, de seguro que lo esperaba todos estos días. Sabina, repitió para sí mismo y luego pregunto por su esposo a la mujer. Miguel, cuantas veces tengo que decirte que… Ah si ya recuerdo, cuanto lo siento lo de su marido, vera que no todos los hombres somos así. Ya lo creo, usted es un amor de persona, vaya a ver a la niña, que espera, supongo que vino a… No, no, con su hija ya cerramos esa historia, acabó bien todo sabe, sólo venía a pedirle algo a ella que necesito urgentemente, me permite. Si, si, vaya no más y bueno si puede, piénselo un poquito más si yo sé que ella en el fondo, muy en el fondo lo sigue queriendo. Las escaleras le parecían incomodas, los escalones eran muy angostos, apenas cabía la mitad del pie y siempre terminaba golpeándose la frente con el techo que a la vez era muy bajo en el segundo piso. Debo anotar eso para la próxima. ¿Miguel? Se escuchó de la habitación del fondo del pasillo con puerta rosa. Espera aún no entres. Ya ahora sí, adelante. Abrió la puerta y se encontró con la novedosa rutina de un cuarto celeste con algunos peluches y libros en unos estantes, una pequeña tele un armario de madera al costado y una gran cama en donde se encontraba la mujer más linda que había visto en su vida, quedó perplejo, no la recordaba tan hermosa. Y bueno que te trae aquí, ya te dije que no quería que fuéramos amigos, eso siempre termina enredando las cosas y tú ya sabes que… Hola Sabina, como estas, yo sólo venía a pedirte que me devuelvas ese cuento que te escribí hace tiempo no sé si recuerdas. Como no me voy acordar de él si fue casi el único regalo que me hiciste Miguel, que raro llamarte por tu nombre a todo esto, aunque no me acuerdo mucho de que se trataba si después de todo han pasado años desde que me lo escribiste y recuerdo que no fue muy… agradable o al menos no era nada muy cursi como yo podría esperar y lanzando una carcajada desvió la mirada hacia la ventana por la cual se veía la suciedad del edificio contiguo a su casa. Entonces no tendrás problema en devolvérmelo. Cosa que se regala no se devuelve pues ya tú sabes la regla. Créeme Sabina que lo necesito, tú también sabes como es mi memoria, necesito que me lo devuelvas, necesito un recuerdo de ti, algo así como una representación de tu persona que dure para siempre, me comprendes. ¿Y no puede ser una foto? No, demasiado inmóvil y maleable. ¡Un video entonces! Demasiado sínico y teatral, no, tiene que ser eso, por favor Sabina no es mucho lo que te pido. No te puedo complacer con nada eh Miguel, para eso por último llévate mi cuerpo a ver si te conformas, de seguro con eso quedas feliz. Ambos rieron y ella comenzaba a pensar como hacían el amor en ese entonces. -Miguel, Sabina, ya está lista la cena- se escuchó desde el primer piso luego de una hora como pensaba Miguel. Sabina le devolvió el grito a su madre diciendo que no quería comer por esa noche. Bajó entonces solo el joven y se sentó a comer con naturalidad. Verdad que es preciosa mi niña, pero tan mal criada que me salió. No diga eso señora a… a… Amalia, si es una ternura su hija pero simplemente no congeniamos, digamos que yo soy Aries y ella Géminis, no hay por dónde ve. Así que no hay caso eh, anda la cabra lesa, ¿Al menos le dio lo que usted necesitaba? ¿Qué cosa? Ah sí por supuesto, me dio mucho más que eso de hecho sabe, si su hija es un amor y aprendí muchas cosas de ella, yo sólo he tenido dos o tres relaciones en mi vida, la verdad es que ya no recuerdo cuantas fueron pero sé que fueron bastante pocas por lo que soy muy poco experimentado en eso del amor y el matrimonio, y en verdad me gustaría darle las gracias por la hija que crió, fue muy leal y tierna conmigo, de eso estoy profundamenteAh no siga Miguel que me va a hacer emocionar, si yo sé que la Sabina es una gran niña, que niña, si es toda una mujer ya. Bueno señora Amalia, me debo ir ya se está siendo tarde y no quiero interrumpir más su noche, a las 22 con 45 dan una película romántica de esas que a usted le gustaban creo. Miguel a mí siempre me han cargado esas películas cursis, más me gustan las de no sé cómo llamarlas, ¿familiares? De esas en que se muestran los verdaderos problemas de la gente común sabe, el otro día vi una que se llamaba, cómo era que se llamaba… Bueno señora, en ese caso a las 12 con 5 dan en el canal 9 una película de George Marshall como de ese estilo que usted me dice, ya me debo ir en verdad, no la molesto más. Oh cuanto lo siento, si usted no molesta pero si se tenía que ir me lo hubiese dicho. La cena estuvo deliciosa, como siempre en verdad, si algo extrañare sin duda serán sus manos y su atención, muchas gracias por todo en verdad. Y tomando su abrigo del perchero se retiró nuevamente a su vehículo, miró el reloj y se dijo a sí mismo: estoy algo atrasado.
Ya no había casi nada de tráfico en la autopista, domingo por la noche nadie quiere salir, supongo que todos quieren estar en casa con sus familiares disfrutando algún pavo asado o algo por el estilo. Mi familia, mis amigos, como los extraño, estarán en mi casa al llegar, como siempre, como nunca. Buenas noches estimadísimos radioescuchas estamos en la 93.5 en el dial AM colocando las canciones que a usted le gustan. Comenzaba la melodía alegremente, no la conocía, pero la tarareo igual. Aparco su auto en la cochera, prendió las luces. Tengo que ordenar esta pocilga, estaba lleno de cajas y herramientas que alguna vez ocupó. Prendió las luces del sótano también unas luces rojas bien llamativas y comenzó a arreglar unos muebles que estaban molestando la pasada. Una vez despejada la entrada volvió a su auto y sacó del maletero el cuerpo desnudo y sin vida de la joven Sabina. Le acaricio la mejilla y la levanto con sus brazos. La llevó hasta una enorme reposadera dorada al fondo del sótano en donde había una gran pintura de la misma Sabina adornada con cardenales y luces de neón. Se quedó observando su vagina con gran deseo, sería la última vez que haría el amor con ella, y la primera vez con el cuerpo de ella. Fue bastante diferente a como solían hacerlo, ahora por razones obvias él tomaba el control, cuando solía ser todo lo contrario. ¿Te gusta? Te gusta así, si yo sé que sí, ¡te he dicho que no te muevas mierda! Una vez ido al interior de ella, y de haber besado cada parte de su cuerpo gritó a los otros personajes que se encontraban allí, sin vida, sin aire corriendo por sus cuerpos, sólo la plástica piel embalsamada que quedaba de ellos en diferentes atriles, en diferentes posiciones, todos con su nombres grabado en alguna parte con alguna descripción de quienes eran. Manuel, mi padre, un ebrio hijo de puta, me pego varias veces. Marcela, mi madre, sus cabellos eran suaves como la seda. Felipe, mi mejor amigo, estuvo y estará para siempre conmigo. Ignacio, David, Constanza, Cristina, etc.
Sentimos informarles radioescuchas de que una muchacha se perdió antenoche, a eso de las 10:30 de la noche, la policía dice que la joven habría escapado por la ventana de su habitación mediante tres sabanas amarradas mientras su madre se encontraba conversando con el ex de la joven, de ahí se perdió el rastro de ella. Según Amalia Vergara, la madre de la mujer, la niña lo único que quería era ir a una fiesta que se encontraba cerca de la estación de ferrocarriles, a pesar de que la había castigado el mismo día, pero nadie en la fiesta la vio llegar, el principal sospechoso sería su nueva pareja, Matías Casanueva, a quien se le encontró en el hogar unos cabellos de la niña y un misterioso cuento que según se dice se lo había escrito hace poco como un regalo en donde narraba como mataría a la muchacha, es decir, que la niña estaría consciente del hecho, si es que la teoría es cierta claro. El cuento, por fuentes extra oficiales partía algo más o menos así: Sacó su reloj, era la hora precisa para tocar el timbre. ¡Pero qué sorpresa! Sabía que vendría algún día Matías, pase, pase, adelante. Mejor dejémoslo hasta ahí señor director, sólo diremos esta frase ya que después el cuento se tornaría cada vez más y más macabro hasta contando con un suceso de necrofilia. La madre de la niña está destrozada y ha puesto un millón de pesos a quién tenga información al respecto, Sabina seria una chica rubia de 20 años, de pecas, ojos café claro y debía de andar con su pijama rosado, contactarse al 5674345, es todo por hoy. Los dejamos con Wynton Marsalis, esto es: Angel eyes.